La oscuridad mancha el suelo y el humo nos difumina los ojos y nubla las miradas.
Aguanto los acentos con imprevisible fortaleza.
Escondo el teléfono en el fondo del bolso.
Dejo que las palabras que no puedo darte se mueran en mi cabeza.
No está bien decir que me muero de ganas.
Y que, de a ratos, también simplemente me muero.
2 comentarios:
Flipo contigo y con ciertas coincidencias. Hace un par de días aluciné con este tema y subí el link de youtube a mi muro de fb. agrégame y lo compruebas: wilfred trastillo chopez.
Está bien morirse a veces.
Y otras veces, también.
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