3.5.12

No se olvida un baile lento, la emoción desbordándose, mis movimientos reflejados en unas pupilas. No se olvida la oscuridad contenida en su boca.
No se olvida un cuerpo recorrido, el olor del látex, la alegría del sonido de una puerta que se cierra. La lascivia en los portales, el deseo despierto (y despertando). El agua rodeándonos.
No se olvida el vicio y la piel. El ritmo. Las ganas.
Mi lengua acuchillando, las manos que me dieron de comer. 
No se olvida la filmografía erótica de tu propia vida. Ni un solo fotograma, ni el silencio. Ni el acento.

No se olvida un baile lento.
Ni los que jamás se bailarán.



No hay comentarios: