He preguntado mil veces pero ninguno sabe dónde se fue el fuego que guardé durante años, aquella capacidad innata de temblar. Ni con amenazas consigo que nadie suelte pistas acerca de qué pasó para que los cimientos fuesen tan lábiles, para que no aguantase con el peso y abandonase la casa. Qué fue del amor que guardaba, de las canciones que antes me atravesaban, de aquella risa ingenua. Qué fue lo que desencadenó todo este montón de calma inquietante y oscura.
Tal vez haya perdido todo aquello para siempre y a partir de ahora deba acostumbrarme a esta sangre inerte. Tal vez no pueda volver a arder como antes lo hacía.
Aquella luz desbordante.
Ni mi cuerpo ni mi cabeza me explican en qué
puto
momento
comenzó todo
a importar tan poco.
[A mi me gustaba ser aquello, pero no pude parar de lanzarme al vacío.]
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