30.12.11

"entran y salen las penas"

Ahora que hemos pisado la ciudad con toda nuestra rabia sólo queda recorrer sus alrededores. Pisar sus límites pidiendo permiso, maquillar las palabras malgastadas y pretender que no se nos imponga castigo.
Asumimos sin rechistar, sin embargo, este invierno que nos alcanza de madrugada y también estas luces que están cansadas de brillar y amenazan con apagarse.
Ya no quedan cosas que vivir en estas calles, y estas calles nos queman los pies. Y probablemente, lo peor, es que ninguno de nosotros haya entendido nada, y sigamos presumiendo de saberlo todo.

Esta ciudad ha jugado con nosotros y nos ha escondido las reglas en algún rincón.

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