26.7.12

"Qué lastima que contra mi
sólo tengas tu belleza"

Guille  *


Me habla de intelectos mientras me mira las tetas. Sube la voz cuando me alejo y me persigue, dando vueltas, por el mismo bar. Gira la cara cuando se nos cruza un asunto serio, recuerda el río pero asegura haberlo olvidado todo.
Piensa en sexo pero dice verano, quiere decir "¿vamos?" pero articula un "me fumo otro". Pone cara de miedo pero habla de lo que está por venir. Sabe que es cobardía pero aprieta los puños y sube la cabeza. Y, como siempre, también sabe toda la verdad, pero una vez más trata de pisar terreno enemigo y salir ileso.
Habla de lo cautivador cuando le arrincono, escapa del sonido de su propio verbo cuando miro hacia otro lado. Le asusta el eco de sí mismo, y también el mío. Y no menciona que mi locura es bella cuando sabe que sé que él también ha soñado con caminos.
Y yo que le estudié durante tanto, y tanto, en lugar de acabarme la cerveza y levantar la manta para romper sus coartadas; en lugar de salir de ahí como ideé durante cada invierno; en lugar de asumir que alguien con tantos dientes siempre morderá mi mano, le regalo un "te entiendo" cuando lo que pienso exactamente es 


"tus muertos".

23.7.12

Esta calma extraña significa que el pasado no puede pasar, que las fronteras son firmes, que esta vez no es mi cabeza la que sella las rendijas. Este silencio de pájaros y aire es la resaca de tanto ruido y tanta rabia. 
No sabéis cómo llegar; se os está olvidando porqué me buscáis.
Se os está olvidando todo.
Este no lugar no me ayuda a construirme, pero no derriba ningún muro. Me da tiempo. Me seca la ropa mientras pone en evidencia que soy yo misma la que alimenta a mis fantasmas. Me salva un rato.
Esta cama es la primera cama no ideada para el deseo, esta carretera no llega a ningún sitio. Este campo infinito jamás podría arder. Este pueblo no tiene normas, y el destierro ha sido cosa mía, y la culpa me señala con mis propias manos pero no me provoca nada.
Aquí las paredes también sueñan, y las estrellas llueven y el cielo no llora pero a veces vuelve triste. Los árboles susurran y es el único idioma que entiendo y quiero entender. Y atravieso los campos porque sé que es lo que no volverá a llevarme lejos de mi misma, y borro las huellas porque no pretendo que retengáis mi nombre y lo cubráis de polvo. 
No estoy curada pero estoy durmiendo durante todo un verano. 
Vuestras heridas se llenan de sol aquí; se confunden con el resto de piel. No recuerdo cómo dolíais, y tampoco olvido porqué voy a tener que irme durante toda mi vida.
Hasta aquí no llegan las postales y las únicas certezas son las que prometen futuras huidas. 
No tenéis nada para mi. Estoy a salvo.
Este vergel repleto no ciega pero tampoco respira. También tiene un precio; como vosotros. Me ha quitado la voz y por eso no os estoy gritando, sólo me deja mirar y por eso os doy la espalda. 
Un día voy a irme. De aquí y de todos sitios. He encontrado un paraíso y voy a abandonarlo como a todos los demás.
Lo cubriré de sangre, haré las maletas deprisa, volveré para pediros las reglas de vuestro próximo juego. Le dejaré en silencio y guardaré para mi toda la velocidad.
Prefiero mi palabra, mi nostalgia, y también mi mala suerte.

Sólo algunos malditos o buenaventurados nacieron para tanta calma.

16.7.12





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