Extrañarás la risa y ni siquiera lo sabrás. No sabrás qué es esa sensación extraña que te encoge el estómago, te quita el apetito, te deja cansado todo el día.
No podrás explicar, cuando ella te pregunte, qué es lo que no te deja dormir, te persigue en tus (pocos) sueños, te quita las ganas de viernes noche.
Extrañarás la risa, y ni siquiera podrás entenderlo.
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