Aquí nadie se divierte y por eso la música está tan alta. Y tú me preguntas qué hay de mi pero en realidad no quieres saberlo; te duele escuchar cómo mi vida se parece a tus sueños.
Dos años quizá no sean tanto. Y me hablas de tu mala memoria y además sientes el destrozo; y yo me pregunto en qué momento te volviste tan jodidamente mortal.
Y mientras pides otra cerveza yo recuerdo cómo es cruzar una esquina y encontrarse de bruces con una ciudad que te espera. Pero tú no sabes de eso, porque te da miedo. Y hablamos de que nunca recuerdas dónde dejas el coche, las llaves, la cabeza. "Al menos no tendrás que esforzarte por olvidar nada que te dañe". Y tú ríes como si fuese un chiste, para sacudir de ti la parte de mi que te roza. Y ya no sé si siempre vi tu cobardía o es algo que te perdoné durante un tiempo. Y tú sabes lo mal que lo haces siempre pero tienes el escondite perfecto y se llama "no te entiendo".
Y entonces bailo un poco y sé que piensas en lo fácil que sería. Pero aquí nadie se divierte, ni siquiera yo y ni siquiera tú. Y se nos acaban los temas fáciles de conversación y lo que hay más allá siempre fue ilusorio. Y yo no voy a competir más, porque tengo que cruzar un par de esquinas, y estoy cansada de las corrientes. Y porque tengo que salir ahí fuera, y ser valiente, y estar ilesa, y permanecer sedienta.
Y tengo que vivir lo que tú crees que es para ti, pero que en realidad no sales a buscar. Y tengo que salir a ganar las batallas que olvidé mientras te desenredaba. Y también tengo que empezar a acordarme de la vida que lleva mi nombre.
Yo que puedo.
1 comentario:
ufff. Increíble. Y encima ahora puedo decir que he sido invitado a unos tercios por la autora. En serio, brutal.
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