Los abrazos nos curan las heridas pero con este viento envolviéndonos, quién se atreve a rodearnos.
No quiero que la lluvia cese, porque quién sabe si no es peor la niebla.
Prefiero tener que lidiar contra los pijamas y las almohadas sedientas que contra un ejército de momentos cobardes.
Ojalá pudiésemos salir de aquí y este cuarto no estuviese lleno de espejos. Pero si lo que tenemos es esto, no quiero que apaguemos la música,
no quiero que bajemos a tierra,
no quiero tensión en mi cuerpo.
No quiero
más
excusas.
Este tornado no nos quita el hambre, pero al menos nos despeina.
(Y siempre estuvimos más guapos con el pelo revuelto).
2 comentarios:
Increíble.
Joder...quizás sea la música, quizás tu manera de transmitir, pero creo que estoy hasta emocionado.
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