29.4.12

Bailar bajo las tormentas sola no es igual de excitante. Acariciar los Sábados como si fueran importantes es demasiado mundano. 
Inge me ha dicho que tenía una herramienta para trabajar sólo fabricada para arrancarle el corazón a las manzanas. Es una idea inteligente, pero podría escribir muchas páginas en torno a lo poéticamente atroz de la idea.
Tu nombre me llena la boca y tengo el recuerdo de unas sábanas rojas inyectado en la retina. Bea me dijo "no tienes perdón, tienes primavera", y yo sonreí pero por dentro mi propio cuerpo corría chocándose contra las paredes de mi misma. 
Por suerte hace tiempo descubrí que nunca es buena idea viajar ante un mar de asfalto si el salitre no te cala hasta los huesos. Y en Madrid pocas veces el cielo se llena de sal y arena.
Mi casa no es refugio. Mi cuarto no es refugio. Mi cama no es refugio.
Los aeropuertos deben de estar colapsados. Y esta ciudad está muy cansada. Y yo tengo hambre y no paro de acabar con todos los vasos llenos. Y cambiar los muebles de sitio es tan sólo una forma más de redimirse.

27.4.12

Pasó




Las lágrimas por las guerras que no nos atrevimos a empezar han dejado de tener sentido. Hay cosas que sí ocurrieron.

Te has quedado en mis cosas.
Ya se fueron mil años. 
Es difícil pensar en finales cuando mi cuerpo acaba de empezar.
Hemos sobrevivido al 2011. Hemos sobrevivido a un millón de años. Nos hemos sobrevivido a nosotros mismos.
El mundo tiene ganas de reventar, las casas se desprenden, las sonrisas se difuminan y desaparecen, la crisis devora a nuestros bastardos como el Coloso devoró al pueblo de Goya y yo puedo romper la vía láctea y todo el maldito orden cósmico con una arista de mi deseo. 
La lógica es una doncella hipócrita. Resentida y abandonada amante del universo.
He visto vuestras caras. He visto la infinita claridad en vuestros ojos ante el desconcierto por comprender que el Orden sólo es el Caos travestido de humano. 
Dionisos reinará dos mil once años más. Lo he leído en tus lunares. 
La crisis nos mastica.
Las flores no creen en Dios. 
No puedo pensar en un final cuando mi cuerpo acaba de empezar. 
El hambre se viste de futuro. 
La luna se está descolgando y yo en lo único que pienso es en besarte. Lo único que me importa es besarte. Lo único que quiero es besarte.


Juan José Morales Acosta
[que además es mi amigo]

26.4.12



Quién eres.



19.4.12



"como la propia Katy Jurado,
con las nubes negras detrás"

16.4.12

El hombre que inventó Manhattan hoy me dijo:

"La música siempre vuelve".


Hay huidas que siempre acaban cruzando tu misma esquina.

15.4.12

No sé si lo he soñado o lo he vivido.


Y al final todo es un montón de eso.

14.4.12

No quiero salir de la velocidad, porque para qué.
Los abrazos nos curan las heridas pero con este viento envolviéndonos, quién se atreve a rodearnos.

No quiero que la lluvia cese, porque quién sabe si no es peor la niebla.

Prefiero tener que lidiar contra los pijamas y las almohadas sedientas que contra un ejército de momentos cobardes.
Ojalá pudiésemos salir de aquí y este cuarto no estuviese lleno de espejos. Pero si lo que tenemos es esto, no quiero que apaguemos la música,
no quiero que bajemos a tierra,

no quiero tensión en mi cuerpo.

No quiero
más
excusas.


Este tornado no nos quita el hambre, pero al menos nos despeina.

(Y siempre estuvimos más guapos con el pelo revuelto).


13.4.12

Ráfagas blancas de mis noches.




12.4.12

Mis refugios

siguen siendo

6.4.12

Tengo los labios rojos

pero esta camiseta

sólo sabes quitármela tú.





Feliz Viernes, amor.
Demostrar a todos los bares que ya no eres la misma persona, que ya no bebes ron, que has aprendido a rendirte, que tus ojos ya no están tristes. Que todo el mundo lo vea y no sepa con qué nombre llamarte.
Reírte en alto y hablar en voz baja. Pasar inadvertida y que lo que fuiste no pare de provocarte.
Dejar que la carretera y los Beatles te salven la vida,
y que esta ciudad se de cuenta de que tus intenciones ya no se parecen a lo que fueron. Que ya no abrasas, que ya no sangras.
Declarar la paz.

3.4.12

"Todo es horrible, o terriblemente bello". *

A veces nadie sabe qué decir, y a veces yo tampoco, y escupo frases aleatorias con rendijas que esconden todo el miedo que tengo. Me resguardan. Y hay algunas personas que escuchan y asienten, y yo me siento perversa de que sea tan fácil sentirme cómoda en medio de tanto cinismo. Asiento. Trago. Sonrío. Y por dentro hay pájaros chocando contra mis cristales.
A veces aprendo que histrionismo no es lo mismo que hipocresía, y a veces me emborracho y le digo a algunos extraños que la gente es tan rara y que la ciudad es tan hija de puta. Bebo un trago de una cerveza que no he pagado y sé que la energía deshecha y los pasos desordenados que doy se quedan flotando en un aire contaminado durante unos segundos. Tan solo unos segundos.
Nadie parece tener ganas de saber el nombre de nadie, pero a veces hay personas que se mueren por entrar en casas que no son suyas. La paradoja mueve al mundo. Nos gusta el sexo y el llanto; la manzana y la cebolla; los domingos y el puñal. Nuestro cuerpo se tuesta al sol pero por dentro estamos llenos de tempestades.
A veces la muerte parece una broma y la vida el contexto. Y me resulto espectadora de escenas que a veces me conmueven hasta hacerme llorar y parece que no me pertenecen aunque sean mías.
El drama siempre ha tenido algo de fascinante. Relamer mis labios una y otra vez, morderme la lengua, reírme hasta causar malestar al propio silencio.
Escapar siempre me ha parecido un verbo valiente, como también siempre he pensado que todos estamos huyendo y nadie se atreve a hablar de ello. Hormigas devorando un cuerpo inerte tan poco a poco que desaparece sin darnos cuenta. Gente sin edad ni ojos que corren hacia alguna o ninguna parte.
Contener el aire en la cabeza, el viento en el pelo y el tiempo en los dientes parece la única solución real e inteligente para tragar todo esto. Pasear lentamente, cercenar las calles enfermas de las ciudades, apagar a pedradas las farolas que quieren descubrir el secreto.
A veces la oscuridad es la única de manera de abandonar la cordura para no volverse loco.
Pero a veces también lo conseguimos y bailamos delante del fin de todo. Contenedores ardiendo, helicópteros sobrevolándonos y aún así podemos arroparnos con la manta como quien se abraza a sí mismo en medio de una tormenta de nieve.
Nos desnudamos. Follamos y lloramos. Acariciamos el suelo y nos quitamos los zapatos. A veces logramos encontrar la calma dentro de la calma que tratamos de mantener.
Y a veces, al menos, quedan dos manos que, combativas, abren fuego y la guerra, bajo el mismo nombre pero siendo otra cosa, se sostiene sobre uñas y caricias. Huellas dactilares como tatuajes y el ritmo de las horas en nuestra espalda.
A veces nuestros pensamientos son nuestras pesadillas, y a veces debería valer con saber que aunque la tormenta estalle ahí fuera, nuestra almohada está llena de estrellas.



"els que ballen i ballen fins que els músics parin / Los que bailan y bailan hasta que los músicos paren"


1.4.12

"que las alas arraiguen

y las raíces vuelen"

Juan Ramón Jiménez