Me hubiese dejado la piel en el intento, pero a veces hay que darse cuenta de que antes que tú ya hubo alguien que se caló hasta los huesos.
Y por eso, ya me ves, estoy aquí parada. Quieta. En silencio. Escondiendo en el bolsillo la ciudad que guardaba para ti. Esperando que pongas la música bien alta y pueda salir de aquí sin dejar de pisar fuerte.