Duermo esta noche en una habitación vacía, que araña y está enfadada. Una habitación que se dejó vestir al ritmo de tres estaciones, y dejó que me desnudara al compás de una primavera caprichosa.
Me desvelo en una habitación con cuatro rincones que guardan los secretos y las ganas. Rodeada de ventanas blancas, como la ciudad que se despierta fuera.
Una habitación dolida, que sangra igual que se duelen las cajas de cartón y la ropa durmiendo en otro suelo.
Quizá otros sueños, quizá otros días, otras noches, otras madrugadas insomnes que caminan por otra casa. Quizá otros pies descalzos, otras flores, otros acordes que trepan como enredaderas.
Quizá, esta vez, sea otra ventana la que destape el mismo cielo que esta noche se cuela en la habitación
y nos envuelve.
30.6.11
17.6.11
13.6.11
Camiones de basura, alamedas, coches, helados, niños, bares, prisas, cerraduras. Pasos viejos, escalones cansados, años eternos, calles de la infancia, días azules, mudanzas sin listas.
Un mundo cansado que baila mientras alguien duerme, y alguien llora, y alguien besa, y alguien muere.
Pero qué locura. Pero qué bueno.
Un mundo cansado que baila mientras alguien duerme, y alguien llora, y alguien besa, y alguien muere.
Pero qué locura. Pero qué bueno.
10.6.11
Y se echa a correr.
Como si quisiera perder la única parte de sí mismo que le pertenece. Como si quisiera esquivar las terrazas, el caucho caliente rayando la acera, los brazos fríos. Evitar, quizá, las ventanas abiertas, las puertas cerradas, las historias en los talones.
Le veo correr.
Como si tuviera derecho a escapar de algo que no le persigue.
Le veo correr, doblar la esquina, caerse al suelo y verse envuelto.
Por fin.
Como si quisiera perder la única parte de sí mismo que le pertenece. Como si quisiera esquivar las terrazas, el caucho caliente rayando la acera, los brazos fríos. Evitar, quizá, las ventanas abiertas, las puertas cerradas, las historias en los talones.
Le veo correr.
Como si tuviera derecho a escapar de algo que no le persigue.
Le veo correr, doblar la esquina, caerse al suelo y verse envuelto.
Por fin.
6.6.11
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