13.1.15

Porque empecé a grabar vídeos cuando regresaba a las ciudades y ahora se pierden en discos duros que acabaré por perder. Y no hay nada de poético en la obsolescencia programada. Y tengo más de dieciséis bolsos, tres ex's pero sólo dos cuentan, guardé tarros de cristal, y zapatos viejos, y coleccioné mapas y ahora todo se llena de polvo en los cajones de la habitación de mi infancia. A la que nunca vuelvo del todo.
Porque la infancia es un fantasma azul que sobrevuela tu vida señalando con el dedo lo que nunca entró en los planes de tus padres. Mueve la cabeza tu madre con resignación, cierra los ojos tu padre con decepción.
Porque crema hidratante no es sinónimo de reconocimiento pero sin embargo me recorro con miedo, y masajeo mi carne como un pedazo de masa húmeda y me voy a la cama creyendo que ya me quiero un poco y mis células bailan la danza de la vergüenza. Y porque miro por la ventana cada cinco minutos; calle en plano fijo, señora con perro en plano general, el estatismo en una ciudad agónica y enferma.  
Porque me enamoré de un acento y asumí muchas veces que una canción podría marcarme de por vida y ahora me da la risa, y también bailé reguetón para fingir que mi sensibilidad no me estorba a veces.
Porque mis amigos más brillantes viven con sus padres y duermen mal por las noches y yo no pienso en nadie que no me haya causado un poco de dolor alguna vez. Todo esto es la rueda del hámster. Todo esto es el boomerang del engaño. Todo este drama es obra mía. 
Y no es el facebook mi vida pero es más fácil mirar por la ventana; calle plano fijo, anciano con ganas de morir plano medio. Y no es mi ropa mi nombre pero abrazo un jersey amarillo como el símbolo de mis entrañas. Y no es tu recuerdo la verdad pero es mejor habitado que vacío, hongo que desierto, traición que hospital. 
Porque voy a las manifestaciones con los puños apretados y porque nunca he tenido más de un orgasmo compartiendo cama y me gusta que me muerdan y mi sueño de las seis y cincuenta y cinco de la mañana no se compara con nada. E imagino cuantos charcos de sangre se filtran por las arenas del mundo, y cuantos peces muertos y promesas a la mierda y quién ocupa mi lugar de todos los sitios de los que me fui. Porque abandono los parques con picardía infantil y nunca vuelvo aunque diga te veo luego y siempre abrazo aunque declare que tengo miedo y hace tiempo que todo es exactamente lo que anticipé sin parecerse en color ni en forma. 
Porque soy lo único que podría llegar a ser en este caos, y porque soy todo el desorden de consecuencias poco interesantes y porque soy una lista infinita de razones ilógicas que justifican este hablar continuamente sola. Porque me irrita el mundo y el azul es poesía si a mi me da la gana. Porque su boca diciendo azul es un plano detalle a cámara lenta, y porque soy todo lo que abarco y y todo lo que engaño, y todo  lo que grito.
Soy yo la creación y si existe un dios la d va en minúscula.
Soy yo la obra y a dónde demonios queréis que me dirija.
Soy yo todo lo suficiente, el ruido de la nada, la furia del poeta.
El clamor de todas las batallas.